viernes, 19 de diciembre de 2008

La crisis también afecta a las marcas de lujo


Las implicaciones sociales de la crisis económica van alterar de forma drástica la conducta y el comportamiento de compra del consumidor del lujo. Los excesos de hace unos meses han desaparecido y la constante determinación, la convicción y la creatividad serán ahora requisitos básicos, concluye un estudio realizado por Interbrand sobre las marcas de lujo.

“Hasta hace poco parecía que las marcas de lujo se mantenían aisladas de los efectos de la crisis económica, pero hoy está claro que ninguna industria va a poder permanecer indemne”, declara Jaime Martín, director de estrategia y valoración de Interbrand. Para Gonzalo Brujó, consejero delegado de Interbrand, “hasta ahora, las mejores marcas se han gestionado con gran consistencia y con una actitud relativamente conservadora, que en los inciertos tiempos venideros será insuficiente para convencer al consumidor.”

En relación a la gestión de marcas de lujo el estudio indica que en el momento de decidir la expansión de su marca los directivos cuestionan siempre ¿por qué? y nunca se plantean ¿por qué no?. “Es cierto que gestionar una marca requiere disciplina y precisión, pero hacerlo de manera demasiado conservadora hará que pase desapercibida” añade Gonzalo Brujó.

El lujo es un sector que nace más de una filosofía que de un plan de negocio y destaca por ser una categoría en la que el consumidor es más insensible al precio. Pero, según Interbrand, en el caso de las mejores marcas de lujo el precio no solamente tiene una baja influencia en la decisión de compra, sino que además demuestra la combinación de una serie de características interesantes.

Por un lado, el producto de lujo transmite autenticidad y excelencia en cuanto a la calidad, convirtiendo a la marca en un factor especialmente relevante en la decisión de compra. Y, por otro lado, se convierte en un símbolo, generando un nivel de deseo que excluye sustitutos o comparaciones. Un Rolex, en el cuarto puesto de la tabla y con un valor de marca de 3.836 millones de euros, puede ser, por ejemplo, una reliquia familiar que incrementa su valor emocional y financiero de generación en generación.

fuente de artículo y tabla inferior: MarketingNews

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