martes, 11 de mayo de 2010

EL trabajo de los creativos

Traemos un artículo que nos parece muy interesante porque aporta definiciones que consideramos necesarias, tanto para el mundo "creativo" como para los empresarios que nos contratan; sobre todo, como menciona David Torrejón, en España. Este país tiene tendencia a menospreciar el trabajo creativo y, en consecuencia, el trabajo que conlleva, la mayoría de las veces para reducir los precios a pagar por él.

¿Quieres ser creativo?

Por David Torrejón

Una de las tonterías que más se suele oír de boca de muchos ajenos y algunos propios es la frase “yo quiero ser creativo”. Suele acompañarse de un “joé” previo con función más envidiosiva que admirativa. El creativo es para ellos ese ser que llega de diez a doce a la agencia, se va a las diez de la noche y se pasa la mitad de la jornada diciendo paridas con sus colegas y la otra mitad navegando por la red. Seguro que a la vista del programa del último Día C, el primero al que asisto, alguno habrá exclamado algo así.

Hay una tendencia soterrada a considerar los trabajos creativos como entretenimiento más que trabajo, y en España más. Sólo hace falta ver el respeto que se le tiene aquí a la propiedad intelectual. Igual que un experto en marketing necesita estar al día (hoy más que nunca) de cuestiones de precios, distribución, medios, legislación, gestión de la información, etcétera, un creativo necesita reciclarse en nuevos productos de consumo, tendencias, experiencias, corrientes culturales. Eso significa estar al día de arte, cine, cocina, arquitectura, moda, literatura, electrónica, cómic, música…Y eso sin contar con la conveniencia de acercarse de vez en cuando a los puntos de venta donde sus clientes se la juegan. Una labor inabarcable, y más con las jornadas laborales propias de esta profesión.


Siempre me ha asombrado el poco tiempo que liberan las agencias para que sus creativos se alimenten. La calidad de su trabajo depende de los estímulos que vayan asimilando día a día. Y, sin embargo, se aspira a que se sienten en su mesa y lancen un trabajo creativo tras otro como un obrero de una línea de producción. Es cierto que un creativo, como cualquiera, debe atenerse a unos plazos y demostrar una profesionalidad y un oficio que nunca encuentren como excusa la ausencia de inspiración. Los métodos de trabajo creativo deben servir para que el trabajo fluya sin la esquiva presencia de las musas. Pero tanto para una respuesta profesional como para una inspirada, el creativo ha de estar correctamente alimentado.
También sería bueno que los creativos asistieran de vez en cuando a un seminario de marketing (casi nunca ocurre) como también que la gente de marketing acuda a los seminarios creativos (existe el Dia A y alguno se vio en el Día C). Sería una buena manera de apreciar el trabajo ajeno y mejorar el diálogo entre estos mundos a veces tan alejados, pero obligados a entenderse.

David Torrejón es director editorial de Publicaciones Profesionales

fuente: Marketing News

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